Nuestra Motivación

 

 

Ante la pregunta del Fariseo, sobre cuál era el primer mandamiento, El Señor Jesús respondió dejando 2 cosas en claro:

 

El gran mandamiento

 

36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Mateo 22 

 

 

Amar a Dios

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De tal manera que sin duda debemos amar a Dios como punto principal de nuestras vidas, esta es la base central y de este amor se desprende el resto del amor en nuestras vidas.

 

Amar a Dios como punto principal de nuestras vidas trae paz, orden  y grandes bendiciones en nuestras vidas.

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Amar al prójimo

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Sin embargo aunque no le preguntaron cuál era el segundo mandamiento, Cristo lo aclara al corazón del hombre…Amar al Prójimo…

 

Jesús conocía el motivo de la pregunta y era obvio su respuesta, lo que no sabía el hombre es que el segundo mandamiento es semejante, tiene igual importancia, es igual de necesario, es igual de relevante.

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Jesús que estos dos mandamientos son los cimientos de todas las leyes, así que mientras el primero nos lleva a una relación entre nosotros y Dios, el segundo nos lleva a una relación con la humanidad.

Esta relación debe ser de amor tal y como si el que fuera a ser objeto de ese amor fuera yo mismo, es decir, debemos hacer por los demás lo que nosotros haríamos por nosotros mismos.

 

Jesús reforzó esta realidad en:

 

Lucas 6

31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

 

 

 

Sin duda debemos buscar hacer el bien a aquellos que pasan por necesidades como si fuéramos a cubrir las nuestras, no podemos detenernos en esta eterna labor del bien hacer.

 

2 Tesalonicenses 3

13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.

 

 

 

¿Por dónde comenzamos?

 

Realmente existe una infinita necesidad entre nuestro prójimo, tan grande que ni aun los gobiernos más poderosos han podido resolver.

Sin embargo, si podemos ayudar a los más necesitados, aquellos que no pueden valerse por si mismos, entre los cuales están en primer lugar los : niños, ancianos y enfermos

A nuestro alrededor existen numerosas personas con muchísimas necesidades que sin duda podemos ayudar a minimizar y hacer la vida más llevadera.